En sus propias palabras

      Mi cuerpo alcanzó su madurez temprano, un día de 1975. Ese día, cuando toqué la cereza del seno, florecí y reconocí el paraíso de dios en la tierra. Mi madre canalizó las primaveras de agua fresca en mi corazón, cubrió mi cuerpo con hierbas aromáticas y vertió el agua de Dios en mi alma

      El silencio descendió a mi interior y se convirtió en mi compañero. Trabajé los primeros años de mi vida  asombrado por todo lo que veía. Normalmente llevaba mi ropa del revés, perseguía pájaros y reunía melocotones de los vecinos en mis bolsillos, inconsciente de la maldición que llegaría.

      Fui el octavo entre mis hermanos y hermanas. Cuando mi padre descendió de la noche, fragante de oraciones y agua de rosas, su deseo era crear un imán, por eso me llamó ‘ Alí. Llevé esta herencia junto a los textos sagrados para atraer los cielos hacia mí.

      Fui enviado a la universidad obligatoria, acusado de amor  por  un poema. Había ya contemplado las líneas de la vida de mi mano a los 17 años. Luego a los veinte las uní de nuevo para completar mis estudios superiores.

      Me gradué despojado de mi certeza sobre la sabiduría y la revolución. Sin embargo, estos pensamientos aún golpean mi corazón. 

      Quizá soy una especie de abeja ya que he amado, amo y amare a más de una flor, esa es tal vez la maldición...

 

Translation by Erika Cazorla Ortega y Luis Luna